lunes, 25 de agosto de 2014

El renacimiento de Ana María Matute

Carmen Laforet
A principios de los ochenta, las escritoras por entonces primerizas como yo nos preguntábamos qué había sido de esas grandes novelistas que nos precedieron y que parecían haber sido devoradas por la Tierra. Había algunas, claro, como la gran Carmen Martín Gaite, siempre peleona e incombustible. Pero en los cócteles y eventos literarios solíamos decirnos: ¿y la Laforet? ¿Y la Matute? Sobre Laforet, autora de una novela descomunal, Nada, escrita en estado de gracia a los 21 años de edad, hay una biografía magnífica que explica bastante bien, entre luces y sombras, su tragedia: Una mujer en fuga (RBA), de Anna Caballé e Israel Rolón. Ahí se intuye que no pudo enfrentarse a la terrible presión de ser joven y guapa y tener tanto talento; de no ser convencional y tener tendencias homosexuales; de caer atrapada (¿y quién no en aquellas circunstancias?) en un mal matrimonio y en una asfixiante, pequeñísima identidad de mujer en la que se veía incapaz de vivir. Después, una enfermedad neurológica degenerativa la enmudeció para siempre, matándola en vida. O matando lo que quedaba.
Ana María Matute
Matute, por fortuna, fue diferente. Matute también estuvo a punto de sucumbir, pero siguió peleando. De joven era muy guapa, tenía éxito. Pero también la trituró su tiempo, su sociedad. De nuevo un matrimonio fatal, y la necesidad de separarse cuando nadie lo hacía, y el coste elevadísimo de hacerlo, porque no pudo volver a ver a su único hijo hasta que éste fue mayor. Muchas de las mujeres que, como ella, intentaban ser libres en aquellos momentos, se veían obligadas a mutilar sus vidas de algún modo. La pena y el ostracismo la fueron echando de la vida. Cuando su segundo amor falleció, ella se dio por muerta… Pero no del todo, porque la protegió su imaginación. Durante años, olvidada, sin dinero, sobrevivió en lo cotidiano en gran parte gracias a la ayuda de su agente, Carmen Balcells, que prácticamente la mantuvo (de las cosas increíbles que ha hecho esa gran bruja buena que es Balcells se sabrá algún día); pero sobre todo Matute fue capaz de seguir viva porque siguió escribiendo, año tras año, una novela inmensa que arrastraba por la casa en un carrito. Miles de páginas abigarradas y llenas de talento, de furia, de violencia y amor. Era Olvidado rey Gudú.

domingo, 24 de agosto de 2014

Julio Cortázar

Las claves de la obra del autor de 'Rayuela' y una hoja de ruta para revisar su universo



Julio Cortázar

Desconocido íntimo

Por su impacto iniciático, suele repetirse que Cortázar es un descubrimiento de adolescencia. Esta afirmación, que contiene su dosis de injusticia, omite cuando menos otra realidad: hay sobre todo una manera adolescente de leer y recordar a Cortázar. Lo cual, definitivamente, no es culpa suya.
Su aproximación al vínculo entre escritura y vida, heredada del romanticismo pero también de las vanguardias, lo convierte en la clase de autor que genera una imaginaria relación personal con sus lectores. Para bien y para mal, Cortázar es contagioso. Por eso quienes fingen desdeñarlo en realidad se están defendiendo de él.
Dos fuerzas complementarias lo mantienen en un raro equilibrio emocional. Una fuerza centrífuga, el humor, que le permite distanciarse de sí mismo; y otra centrípeta, la ternura, que provoca adhesión íntima. Resultaría esnob subestimarlas.

martes, 19 de agosto de 2014

La herida de García Lorca, 78 años después

El 19 de agosto de 1936, Federico García Lorca era asesinado en algún barranco entre Viznar y Alfacar, en Granada.

 | Manuel Rico | 19 Agosto 2014

F. García Lorca
El 19 de agosto de 1936, Federico García Lorca era asesinado en algún barranco entre Viznar y Alfacar, en las afueras de Granada. Dos meses antes había cumplido 38 años y hacía justo un mes del golpe militar encabezado por el general Franco contra el gobierno del Frente Popular. Para los rebeldes, más allá de las razones de carácter local y de las circunstancias en que se produjo su asesinato (contadas con todo detalle por Ian Gibson y por Félix Grande en dos ensayos imprescindibles), el poeta formaba parte de uno de los sectores más odiados por los ideólogos del fascismo: la intelectualidad republicana. Federico García Lorca estaba en el ojo del huracán de la renovación y democratización de la cultura española que se vivía en la República. Su condición de homosexual, además, hacía especialmente odiosa su figura a quienes se autoproclamaron salvadores de la “España eterna”.
La muerte de Federico supuso una conmoción en el mundo cultural en lengua castellana y, más allá, en la cultura universal. Puso de relieve la brutalidad de quienes habían decidido acabar con el gobierno democrático de la República y anticipó, en cierto modo, el ensañamiento que contra el mundo de la cultura se desplegaría a lo largo de los años posteriores: durante la Guerra Civil, en la postguerra inmediata y, en el ámbito europeo, antes y durante la Segunda Guerra Mundial bajo el dominio del nazismo.

La poesía estalla en las redes

Miles de jóvenes se apuntan a un género que ha encontrado una nueva forma de difusión fuera de los salones. La nueva poesía vive entre tatuajes y YouTube


Este fenómeno se expande por la web a través de blogs, tuits, tumblr y YouTube


Al recibir esta foto de uno de sus
poemas tatuado en la pierna de
una lectora, la micropoeta Ajo pidíó
que le corrigieran la tilde que faltaba.
No son cantantes, ni presentadores de televisión, sino poetas. Es el último domingo de la Feria del Libro de Madrid, y las vallas están fuera para ordenar la fila, que apenas empieza a formarse junto a la caseta donde firmarán. Cristina, de 17 años, descubrió los versos de Escandar Algeet en un vídeo de YouTube —“es romántico y ha sufrido por amor, pero no es ñoño”, dice para explicarse—, ha venido temprano, a pesar del calor, con su amiga Silvia, esa que busca poemas para descargar —“incluidos Bécquer y Neruda”—. La cola frente a la caseta crece, la mayoría son chicas,  groupies poéticas que con sus móviles y a través de las redes diseminan y comparten versos y fotos. Silvia y Cristina han logrado sacarse una con el autor de Alas de mar y prosaun palentino que estudió cine y arrancó escribiendo en un foro del grupo Extremoduro de forma anónima, antes de caer en un bar de Malasaña, Bukowski, donde el propietario, Carlos Salem, organizaba lecturas de poesía a las que cualquiera podía sumarse. Seis años después su poemario va por la quinta edición y se ha convertido en el superventas de la editorial Ya lo dijo Casimiro Parker. Este sello, con un catálogo de 20 libros, lo puso en marcha otro poeta que frecuentaba el bar, Marcus Versus: “Hace seis años llevábamos los ejemplares a cuestas para intentar colocarlos en las librerías y hoy nos llaman para pedirlos. Es un cambio positivo y lo será aún más si ayuda a despertar interés por otros autores”.
En la caseta de la feria, con bandana y camiseta negra, Salem, argentino radicado en Madrid, autor de una serie de novelas negras y tres poemarios, ofrece una sucinta explicación de sus libros a un comprador: “Este es como Cortázar pero con sexo, este otro es más social”. Las pasiones que despierta #Follamantes, su último título, aún le sorprenden. Dice que contiene “poesía erótica bastante fuerte”, pero esto no ha sido impedimento para que multitud de matrimonios se acerquen a comprar el volumen para sus hijas adolescentes, que ya leyeron los versos en Internet. “Me dicen que peores cosas ven en televisión”, comenta Salem. Recibe fotos de tatuajes con sus poemas y tiene más de 43.000 seguidores en Twitter. Junto a Escandar y a Versus han llenado auditorios y cafés por toda España.

La última carta de García Lorca

EL PAÍS sacó a la luz en 2012 la misiva dirigida desde Granada a su novio, Juan Ramírez de Lucas

Querían viajar a México pero el asesinato del poeta lo impidió


F. García Lorca
“En tu carta hay cosas que no debes, que no puedes pensar. Tú vales mucho y tienes que tener tu recompensa. Piensa en lo que puedas hacer y comunícamelo enseguida para ayudarte en lo que sea, pero obra con gran cautela. Estoy muy preocupado pero como te conozco sé que vencerás todas las dificultades porque te sobra energía, gracia y alegría, como decimos los flamencos, para parar un tren”. Sobre la cuartilla blanca, fechada el 18 de julio de 1936 en Granada, Federico García Lorca trataba de consolar a su enamorado Juan Ramírez de Lucas.
La pareja se encontraba llena de ilusiones y de proyectos. Lorca había decidido aceptar la invitación de Margarita Xirgu para viajar a México pero quería marcharse con el estudiante de 19 años, que soñaba con ser actor y que ya había hecho sus primeros pinitos en el Club Teatral Anfistora. La complicidad era mutua pero necesitaban la aprobación del padre del muchacho, un reputado médico albaceteño. El poeta había cumplido 38 años pero a su amante le faltaban dos para alcanzar la mayoría de edad. Podrían haberse fugado. Seguramente Lorca tenía los contactos necesarios para que pudieran salir de España con papeles falsificados pero se negó a hacerlo. Ramírez de Lucas debía convencer a su familia para marcharse juntos pero las cosas no estaban saliendo bien: “Yo pienso mucho en ti y esto lo sabes tú sin necesidad de decírtelo pero con silencio y entre líneas tú debes leer todo el cariño que te tengo y toda la ternura que almacena mi corazón”, prosigue el poeta.